La Alberca, enclavada en el corazón del Parque Natural de las Batuecas-Sierra de Francia, al sur de la provincia de Salamanca, es sin duda uno de los pueblos más representativos y bonitos de España. Declarado Conjunto Histórico Artístico en 1940, primer pueblo de España en lograr esta mención, destaca por su entramado urbano, conservando como pocos la arquitectura típica de la Sierra de Francia, además de por sus tradiciones centenarias, que se han ido transmitiendo de generación a generación.
Si recorres sosegadamente las calles y plazas de La Alberca, te irás encontrando con atractivos rincones y perspectivas, en los que resalta una arquitectura popular levantada a base de piedras y entramados de madera.
Cada una de las plantas superiores va sobresaliendo sobre la inferior, hasta llegar casi a tocarse los aleros de los tejados de las casas que se hallan frente a frente, lo que hace que en las calles se produzca un curioso juego de luces y sombras.
Se ha dicho que la estructura urbana de La Alberca es la de una judería, por lo intrincado, laberíntico y secreto de sus calles. Pero tampoco han faltado quienes, al recorrer el pueblo, lo han asociado con los arrabales de Damasco.
Y no debes dejar de ver la Plaza, y de detenerte en ella. Con sus fachadas recorridas por dos series de balcones, con la luz de la cal, con sus soportales e hileras de columnas graníticas y con el crucero presidiéndola. Es, sin duda, el eje central de La Alberca.
La Alberca es así la unión, a lo largo de los siglos, de las culturas cristiana, islámica y judaica.